viernes, 9 de octubre de 2015
martes, 21 de julio de 2015
Refugio Poqueira - Mulhacén por el río Mulhacén (3 h - 3 h 30´)
RUTA: Al Mulhacén por el Rio Mulhacén
Refugio Poqueira –
Mulhacén por el río Mulhacén (3 h – 3 h 30′)
4.2 Km / 958 m D+
Dificultad en verano: Baja/ Media-Baja
Ver Ruta Refugio Poqueira_Mulhacen por el rio Mulhacen en un mapa
más grande
Desde la entrada principal del Refugio Poqueira tomamos el sendero que pasa
por la puerta y que está marcado con balizas de color naranja, en dirección NO
(hacia la derecha). En tan solo 5 ó 10 minutos nos llevará hasta el Rio
Mulhacén. Aquí tenemos dos opciones: Si ascendemos el Valle por la margen izquierda
del rio, el camino es algo más pendiente, pero está bien marcado con hitos de
piedra, y será más rápido. Si deseamos una subida algo más suave, cruzamos el
rio y ascendemos por la vereda de su margen derecha, también marcada con hitos,
pero teniendo en cuenta no desviarnos al Oeste y tomar el afluente que converge
en el rio Mulhacén, ya que en ese caso nos desviaremos por Loma Pelada y
haremos un rodeo innecesario.
Tanto desde la margen izquierda como desde la derecha, llegaremos a los
Lagunillos del Majano, y algo más arriba a la Laguna del mismo nombre, donde
nace el rio Mulhacén (1h-1h30), desde donde seguiremos ascendiendo hasta
alcanzar la pista que atravesaba Sierra Nevada (De Capileira, al Veleta), y la
Hoya de la Caldera, formada por un antiguo circo glaciar, donde se sitúan la
Laguna y el Vivac de la Caldera (3100 m.).
Lo habitual es tardar unas 2 horas desde el Refugio hasta La Caldera,
siendo un recorrido suave, con escasa dificultad. Una vez aquí, divisamos
claramente la Oeste del Mulhacén, y el sendero zigzagueante que nos llevará
hasta la cumbre, tras 1 h ó 1h30 de subida, con una pendiente considerable.
Este es el tramo más duro. No hay que olvidar que en invierno y debido al hielo
que se forma en esta pala, puede ser un recorrido peligroso, siendo
imprescindible el uso de crampones y piolet, ya que una vez que abandonamos el
rio quedamos expuestos a los fuertes vientos que en ocasiones provocan caídas
difíciles de detener. Sin embargo, en verano y sin hielo, su dificultad sólo se
limita a la fuerte pendiente.
En caso de disfrutar de un día sin viento, es aconsejable realizar la
subida acercándose al Collado del Ciervo desde donde podremos contemplar la
hermosa vista que nos ofrecen las Nortes del Mulhacén y Alcazaba.
El descenso hasta el Refugio Poqueira por esta misma ruta nos llevará unas
dos horas.
Fuente: http://refugiopoqueira.com/
Hoya del Portillo - Refugio Poqueira (2 - 3 h)
Acceso por la Hoya del Portillo
Hoya del Portillo –
Refugio Poqueira (2 – 3 h)
7.7 Km / 526 m D+
Ver Acceso Refugio Poqueira por la Hoya
del Portillo en un mapa más grande
Este sendero de acceso al Refugio Poqueira se inicia en la Hoya del
Portillo (2.150 m), una zona recreativa a unos 13 km por encima de Capileira. A
la Hoya del Portillo podemos acceder perfectamente en turismo siempre y cuando
no haya nieve. Es el camino más rápido, suave y corto para llegar al refugio
durante el verano.
Este camino es desaconsejable en invierno a no ser que se realice con
esquís ya que andaremos muchas horas por encima de la cota de nieve, muy
expuestos a los fuertes vientos, y podemos tardar muchas horas en llegar al
refugio. Hay que tener en cuenta que durante gran parte del
invierno la nieve corta el paso a los vehículos mucho antes de la Hoya del
Portillo.
Partimos del aparcamiento de la Hoya del Portillo por el sendero que parte
detrás de la caseta del guarda, donde nos encontraremos un cartel que nos
marcará el PR que nos traerá al refugio. Cruzaremos un pinar en regular ascenso
hasta llegar a un Cortafuegos (30`).
Cruzaremos este cortafuegos y tomaremos una pista que transcurre a través
de otro pinar. Seguiremos esa pista hasta que llega un momento en que
desaparece en una zona donde antiguamente había una cantera (1h-1h15`). Allí
tomaremos un sendero que poco a poco se irá convirtiendo otra vez en pista
(desde este punto ya divisaremos a lo lejos el refugio). Por esta pista y en
muy suave ascenso iremos ganando altura hasta llegar a un punto en que sale una
vereda en descenso hacia la izquierda (2h-2h15´) hacia la pista principal que
une el Refugio con el Alto del Chorrillo. Cogeremos la pista hacia la izquierda
y en descenso, llegando al refugio en unos 20 minutos. En este último tramo
sólo encontraremos un cruce, donde tendremos que tomar la pista que asciende, a
la derecha, ya que si tomamos la de la izquierda, vemos que acaba en un corral.
Aunque durante la segunda mitad del recorrido veamos el refugio a nuestra
izquierda y a menos altura, es mejor seguir toda la pista, ya que si intentamos
atajar perdiendo altura en dirección al refugio tendremos que cruzar varios
barrancos y acabaremos tardando más tiempo que por el camino original.
Fuente: http://refugiopoqueira.com/
martes, 30 de junio de 2015
PRACTICAR LA MÍSTICA DE LA COMUNIÓN
Practicar la mística de la comunión. ¿Cómo explicarla? Recalco de nuevo esta idea a raíz de la Ordenación de Presbíteros que celebrábamos este sábado. Se comprende sencillamente cuando entendemos que la Esposa-Iglesia está referida al Esposo, que es Cristo. Así, el sacerdote está referido a Cristo que le llama, que le impulsa, y a nadie más. Su referencia a la Iglesia se da a través del Obispo y sus colaboradores, de modo que aprende a ser co-presbítero. En el polo opuesto está la autorreferencialidad, los celos, críticas, rivalidades y toda esa negatividad fruto de la desesperanza y de la falta de fe, propias de quien vive la Iglesia como algo puramente humano, manipulable, y con esquemas de poder.
Por tanto decid un fuerte “no” al individualismo y a la autoreferencialidad, es decir, a pensar el sacerdocio como algo propio vuestro, centrados en vosotros mismos, en intereses particulares o caprichos, mirando tan sólo los intereses, los gustos o los derechos. Esto impide vivir la libertad de quien está expropiado, de dejarse llevar por el Señor, y conduce a apropiarse de la pastoral, y es un freno a la evangelización, como sucede cuando huimos de lo diocesano o nos dejamos llevar del pasotismo.
Os aseguro que esta experiencia de comunión, sin embargo, hace crecer las vocaciones, las sacerdotales y a la vida consagrada, y todos los carismas, que florecen cuando la Iglesia respira el aire puro de la caridad.
Id a las periferias, salid de vosotros mismos Si el Espíritu nos envía “a consolar a los afligidos, a cambiar su abatimiento en cánticos…” (cf Is 61,2), uno no puede replegarse en la propia comunidad o entre sus amigos. La cercanía a los pobres y necesitados nos exige salir de nosotros mismos y acercarnos con creatividad en la vida de oración, en la catequesis, en el Primer Anuncio, etc. No os refugiéis en esas respuestas consabidas que parecen decirlo todo, pero que no responden a las cuestiones que inquietan a la gente. Salid de las rutinas como auténticos apóstoles, pues os esperan las familias, los jóvenes, los pobres y los ricos, los tristes y los vacíos, y reclaman una respuesta en su idioma, lo que les pueda saciar, la novedad de Cristo.
Mons. D. Rafael Zornoza
+ obispo de Cádiz y Ceuta
martes, 16 de junio de 2015
La profecía de Sor Lucía: “El enfrentamiento final entre Dios y Satanás es sobre familia y vida”
Dios contra Satanás: la última batalla, “el enfrentamiento final”, será sobre la familia y sobre la vida. La profecía es de sor Lucía dos Santos, la vidente de Fátima de la que el pasado 13 de febrero empezó el proceso de beatificación.
La carta a Lucía
Lo cuenta el cardenal Carlo Caffarra en una entrevista concedida a La Voce di Padre Pio (marzo 2015). El purpurado tuvo el encargo de Juan Pablo II de idear y fundar el Instituto Pontificio para los Estudios sobre el Matrimonio y la Familia, del que es hoy profesor emérito.
“Al inicio de este trabajo – explica Caffarra – escribí a sor Lucía de Fátima, a través del obispo, porque directamente no se podía hacer. Inexplicablemente, aunque no esperaba una respuesta, porque le pedía sólo oraciones, me llegó a los pocos días una larguísima carta autógrafa – ahora en los archivos del Instituto”.
En esa carta de Sor Lucía está escrito que el enfrentamiento final entre el Señor y el reino de Satanás será sobre la familia y sobre el matrimonio. “No tenga miedo, añadía, porque quien trabaje por la santidad del matrimonio y de la familia será siempre combatido y odiado de todas formas, porque este es el punto decisivo”.
La columna que sostiene la Creación
La monja de Fátima sostenía que la Virgen ya ha “aplastado” la cabeza a Satanás. “Se advertía – prosigue el purpurado – también hablando con Juan Pablo II, que este era el nudo, porque se tocaba la columna que sostiene la Creación, la verdad sobre la relación entre el hombre y la mujer y entre las generaciones. Si se toca la columna central cae todo el edificio, y esto ahora lo vemos, porque estamos en este momento y lo sabemos”.
martes, 2 de junio de 2015
¿TE UNES A LA CAMPAÑA DE LA VISITACIÓN?
¿Qué es la campaña de la Visitación?
MARIA
El 31 de mayo la Virgen debuta en su papel nuevo, Madre de Dios desde la Anunciación, ahora comienza también a ser Madre de los hombres con la Visitación. Es la aurora de las comunicaciones divinas al mundo por María. La plenitud del día será en Pentecostés, atrayéndonos al Espíritu Santo. La primera santificación, Juan Bautista, saltando de gozo en el seno de su madre, al recibir por María la infusión de la vida divina. Y también la primera comunicación del Espíritu Santo a un alma, Isabel.
Todas las santificaciones, todas las comunicaciones del Espíritu Santo que vengan después, hasta el último día de los tiempos, serán también por María.
LA VISITACION
La Visitación de María a Juan e Isabel no dura unos días. Se prolonga tres meses. Si sólo al entrar en la casa, produjo esa revolución de alegría en la madre y el hijo, ¡qué no haría a lo largo de esos meses! Poco a poco, con inefable cariño maternal, va formando en Juan, con las gracias que le comunica, al futuro Heraldo de Cristo, el Precursor. Si Juan, con su vida y su palabra, será el mayor entre los santos, es porque María, le ha preparado durante tres meses.
NOSOTROS
Hoy, el mundo paganizado necesita de nuevos Precursores, que anuncien con su vida a gentes que no creen más que en la materia, que Cristo volverá al mundo en el momento de la muerte de cada uno, en el instante menos pensado, en el Juicio final. Nuevos precursores que sean «testigos vivientes de lo eterno» (Pio XII), con su vida ejemplar y alegre, limpia de egoísmo. María es quien los prepara en estos meses. Quiere hacerlo en cantidades industriales, fabulosas, pues “mucha es la mies y pocos los operarios” (Lu. 10, 2). Ella, como la Iglesia, de quien es tipo y figura, llora con Jesús en este verano que es invierno para las almas.
Esos Precursores, esos Misioneros del Amor, tienen que copiar el veraneo de la Virgen. Olvidarse, salir de sí para llevar a Jesús a todos. La Virgen no recibe más que para dar. Ha concebido a su Hijo. No puede permanecer encerrada. Sale de Nazaret. Se desplaza presurosa a Judea para llevar a Jesús a los que, sin saberlo, lo esperan y le llaman.
OBJETIVO DE LA CAMPAÑA
Próximo: Que la Virgen se apiade de la juventud, salvándola de la impureza, la vulgaridad, el egoísmo, para que caiga en la cuenta de que “es preciso actuar inmediatamente” (Pablo VI), para que las almas tengan Vida, y la tengan con abundancia.
Remoto: Conquistar para Cristo y la Virgen el verano pagano que nos envuelve en modas, diversiones...
MEDIOS:
Olvido continuo de uno mismo, con el dulce nombre de María siempre en el corazón, que se concreta en:
- Quedarse con lo peor.
- No quejarse nunca (calor, sed, comida, cansancio, enfermedad, trabajo, personas que nos rodean...)
- Triunfar de la pereza, vanidad, inconstancia, en lucha constante contra el ocio veraniego.
DURACION
Desde el 31 de mayo hasta el 7 de octubre, Santa María de la Victoria, Virgen del Rosario.
lunes, 1 de junio de 2015
GRAN ENCUENTRO DIOCESANO PARA EL ENVÍO APOSTÓLICO - 6 de junio - Algeciras
El próximo 6 de junio las Escuelas Diocesanas de la Diócesis de Cádiz y Ceuta se reúnen en un encuentro de final de curso, que se celebrará en el Colegio de los Salesianos de Algeciras.
El encuentro, que estará presidido por el obispo diocesano, Mons. Rafael Zornoza Boy, está dirigido a todos los participantes de la Escuela de Evangelizadores y Escuela de Discipulado, aunque está abierto a todos aquellos que deseen asistir y conocer de cerca estas iniciativas de nueva evangelización que se están desarrollando en la diócesis.
Para esta ocasión, el invitado será el Obispo de San Sebastián, Mons. José Ignacio Munilla, que ofrecerá una conferencia y compartirá la jornada con los asistentes al encuentro.
¿Cómo Inscribirse?
La inscripción deberá formalizarse bien por correo electrónico (secretariapastoral@obispadocadizyceuta.es), o mediante el teléfono 655 607 811 (Adela), indicando: nombre y apellidos, teléfono (preferiblemente móvil), número de asistentes, y parroquia.
Lugar del Encuentro
Transporte
Para facilitar la asistencia se pondrán dos autobuses:
1 - Cádiz - San Fernando - Algeciras. Se cogera a las 8:20 en la esquina de Cortefiel - 8:30 Don Pan/Frente al Hospital - 8:40 Frente a la policia local en San Fernando
2- Chiclana - Barbate - Algeciras. Paradas: 8:20: Alameda, Marquesina junto a parking. Chiclana - 9:10 Junto al Ayuntamiento de Barbate
Los asientos se pueden reservar a través del correo y el teléfono de inscripciones
jueves, 28 de mayo de 2015
LA VISITACIÓN DE LA VIRGEN
Todo se arregla mirando a Jesús.
Solamente en el
silencio se puede vivir, pero no en el silencio de palabras y de obras…, no; es
otra cosa muy difícil de explicar… Es el silencio del que quiere mucho, mucho,
y no sabe qué decir, ni qué pensar, ni qué desear, ni qué hacer… Sólo Dios allá
adentro, muy calladito…, esperando, esperando, no sé…, es muy bueno el Señor.
Pobre alma que
sufres…, ¿buscas descanso? En nada ni nadie lo hallarás… Cállate un poquito,
busca un sitio de tu alma, muy oculto, muy silencioso, y en él pon un poco de
amor a Jesús…, y ya verás; ni penas ni alegrías turbarán tu paz, y aun la
espera se hará dulce… ¡Jesús en tu alma!, ¡qué he de decir yo, pobre
criatura! ¿Por qué he de perderme en vanas palabras, que nada pueden decir?
¡Qué pretensión la mía
al querer hablarte de Él! Y, sin embargo, la tinta no se me acaba y el papel me
parece estrecho y pequeño; fluyen inmensos deseos de llenar el alma de mis
hermanos de paz, de amor a Dios, de alegría; de gritar hasta enloquecer, las maravillas
que encierra la humilde entrega de todo en sus manos, la dulzura de un amor
sin gritos, de un amor que espera; no sé, es mucho lo que deseo, para
poderlo explicar.
Todo, todo se arregla
mirando a Jesús. Todo, todo se ha de acabar menos eso…,
eso que no sé decir…
La Visitación de la Virgen
María – Puntos de oración
Podemos aprovechar la
hermosa meditación del Papa Francisco el 31 de mayo de 2013, al clausurar su
primer mes de mayo como Papa.
“Tres palabras sintetizan la actitud de María:
escucha, decisión, acción. Palabras que indican un camino también
para nosotros ante lo que nos pide el Señor en la vida. Escucha, decisión, acción.
Escucha. ¿De dónde nace el
gesto de María de ir a casa de su pariente Isabel? De una palabra del Ángel de
Dios: «También tu pariente Isabel ha concebido un hijo en su vejez...» (Lc 1,
36). María sabe escuchar a Dios. No es un simple «oír» superficial, sino que es
la «escucha» hecha de atención, acogida, disponibilidad hacia Dios. No es el
modo distraído con el que muchas veces nos ponemos delante del Señor o de los
demás: oímos las palabras, pero no escuchamos de verdad. María está atenta a
Dios, escucha a Dios.
Pero María escucha
también los hechos, es decir, lee los acontecimientos de su vida, está
atenta a la realidad concreta y no se detiene en la superficie, sino que va a
lo profundo, para captar el significado. Su pariente Isabel, que ya es
anciana, espera un hijo: éste es el hecho. Pero María está atenta al
significado, lo sabe captar: «Para Dios nada hay imposible» (Lc 1, 37).
Esto vale también en
nuestra vida: escucha de Dios que nos habla, y escucha también las realidades
cotidianas: atención a las personas, a los hechos, porque el Señor está a
la puerta de nuestra vida y llama de muchas formas, pone signos en nuestro
camino; nos da la capacidad de verlos. María es la madre de la escucha, escucha
atenta de Dios y escucha igualmente atenta a los acontecimientos de la vida.
Decisión. María no vive
«deprisa», con angustia, pero, como pone de relieve san Lucas, «meditaba todas
estas cosas en su corazón» (Lc 2, 19.51). E incluso en el momento decisivo de
la Anunciación del Ángel, Ella pregunta: «¿Cómo será eso?» (Lc 1, 34). Pero no
se detiene ni siquiera en el momento de la reflexión; da un paso adelante:
decide. No vive deprisa, sino sólo cuando es necesario «va deprisa». María
no se deja arrastrar por los acontecimientos, no evita la fatiga de la decisión.
Y esto se da tanto en la elección fundamental que cambiará su vida: «Heme
aquí, soy la esclava del Señor...» (cf. Lc1, 38), como en las elecciones
más cotidianas, pero ricas también de significado. Me viene a la mente el
episodio de las bodas de Caná (Jn 2, 1-11): también aquí se ve el
realismo, la humanidad, el modo concreto de María, que está atenta a los
hechos, a los problemas; ve y comprende la dificultad de los dos jóvenes
esposos a quienes falta el vino en la fiesta, reflexiona y sabe que Jesús
puede hacer algo, y decide dirigirse al Hijo para que intervenga: «No
tienen vino» . Decide.
En la vida es difícil
tomar decisiones, a menudo tendemos a postergarlas, a dejar que otros decidan
en nuestro lugar, con frecuencia preferimos dejarnos arrastrar por los
acontecimientos, seguir la moda del momento; a veces sabemos lo que debemos
hacer, pero no tenemos la valentía o nos parece demasiado difícil porque
significa ir a contracorriente. María en la Anunciación, en la Visitación, en
las bodas de Caná va a contracorriente, María va a contracorriente; se
pone a la escucha de Dios, reflexiona y trata de comprender la realidad, y
decide abandonarse totalmente a Dios, decide visitar, incluso estando encinta,
a la anciana pariente; decide encomendarse al Hijo con insistencia para salvar
la alegría de la boda.
Acción. María se puso en
camino y «fue de prisa...» (Lc 1, 39). María, a pesar de las dificultades, las
críticas recibidas por su decisión de ponerse en camino, no se detiene ante
nada. Y parte «deprisa». En la oración, ante Dios que habla, al reflexionar y
meditar acerca de los hechos de su vida, María no tiene prisa, no se deja
atrapar por el momento, no se deja arrastrar por los acontecimientos. Pero
cuando tiene claro lo que Dios le pide, lo que debe hacer, no se detiene, no se
demora, sino que va «deprisa». San Ambrosio comenta: «La gracia del
Espíritu Santo no comporta lentitud» (Expos. Evang. sec. Lucam, II, 19: PL 15,
1560). La acción de María es una consecuencia de su obediencia a las palabras
del Ángel, pero unida a la caridad: acude a Isabel para ponerse a su
servicio; y en este salir de su casa, de sí misma, por amor, lleva cuanto tiene
de más valioso: a Jesús; lleva al Hijo.
Algunas veces, también
nosotros nos detenemos a escuchar, a reflexionar sobre lo que debemos hacer,
tal vez tenemos incluso clara la decisión que tenemos que tomar, pero no damos
el paso a la acción. Sobre todo no nos ponemos en juego nosotros mismos
moviéndonos «de prisa» hacia los demás para llevarles nuestra ayuda, nuestra
comprensión, nuestra caridad; para llevar también nosotros, como María, lo
que tenemos de más valioso y que hemos recibido, Jesús y su Evangelio, con
la palabra y sobre todo con el testimonio concreto de nuestro obrar.
María, la mujer de la escucha, de la decisión, de la
acción.
María, mujer de la escucha, haz que se abran nuestros
oídos; que sepamos escuchar la Palabra de tu Hijo Jesús entre las miles de
palabras de este mundo; haz que sepamos escuchar la realidad en la que vivimos,
a cada persona que encontramos, especialmente a quien es pobre, necesitado,
tiene dificultades.
María, mujer de la decisión, ilumina nuestra mente y
nuestro corazón, para que sepamos obedecer a la Palabra de tu Hijo Jesús sin
vacilaciones; danos la valentía de la decisión, de no dejarnos arrastrar para
que otros orienten nuestra vida.
María, mujer de la acción, haz que nuestras manos y
nuestros pies se muevan «deprisa» hacia los demás, para llevar la caridad y el
amor de tu Hijo Jesús, para llevar, como tú, la luz del Evangelio al mundo.
Amén”.
¿Qué es la campaña de la Visitación?
MARIA
El 31 de mayo la Virgen
debuta en su papel nuevo, Madre de Dios desde la Anunciación, ahora comienza también
a ser Madre de los hombres con la Visitación. Es la aurora de las
comunicaciones divinas al mundo por María. La plenitud del día será en
Pentecostés, atrayéndonos al Espíritu Santo. La primera santificación, Juan
Bautista, saltando de gozo en el seno de su madre, al recibir por María la
infusión de la vida divina. Y también la primera comunicación del Espíritu
Santo a un alma, Isabel.
Todas las santificaciones,
todas las comunicaciones del Espíritu Santo que vengan después, hasta el último
día de los tiempos, serán también por María.
LA VISITACION
La Visitación de María a Juan
e Isabel no dura unos días. Se prolonga tres meses. Si sólo al entrar en la
casa, produjo esa revolución de alegría en la madre y el hijo, ¡qué no haría a
lo largo de esos meses! Poco a poco, con inefable cariño maternal, va formando
en Juan, con las gracias que le comunica, al futuro Heraldo de Cristo, el
Precursor. Si Juan, con su vida y su palabra, será el mayor entre los santos,
es porque María, le ha preparado durante tres meses.
NOSOTROS
Hoy, el mundo paganizado
necesita de nuevos Precursores, que anuncien con su vida a gentes que no creen
más que en la materia, que Cristo volverá al mundo en el momento de la muerte
de cada uno, en el instante menos pensado, en el Juicio final. Nuevos
precursores que sean «testigos vivientes de lo eterno» (Pio XII), con su vida
ejemplar y alegre, limpia de egoísmo. María es quien los prepara en estos
meses. Quiere hacerlo en cantidades industriales, fabulosas, pues “mucha es la
mies y pocos los operarios” (Lu. 10, 2). Ella, como la Iglesia, de quien es
tipo y figura, llora con Jesús en este verano que es invierno para las almas.
Esos Precursores, esos
Misioneros del Amor, tienen que copiar el veraneo de la Virgen. Olvidarse,
salir de sí para llevar a Jesús a todos. La Virgen no recibe más que para dar.
Ha concebido a su Hijo. No puede permanecer encerrada. Sale de Nazaret. Se
desplaza presurosa a Judea para llevar a Jesús a los que, sin saberlo, lo
esperan y le llaman.
OBJETIVO DE LA CAMPAÑA
Próximo: Que la Virgen se apiade de
la juventud, salvándola de la impureza, la vulgaridad, el egoísmo, para que
caiga en la cuenta de que “es preciso actuar inmediatamente” (Pablo VI), para
que las almas tengan Vida, y la tengan con abundancia.
Remoto: Conquistar para Cristo y la
Virgen el verano pagano que nos envuelve en modas, diversiones...
MEDIOS:
Olvido continuo de uno mismo,
con el dulce nombre de María siempre en el corazón, que se concreta en:
- Quedarse
con lo peor.
- No
quejarse nunca (calor, sed, comida, cansancio, enfermedad, trabajo,
personas que nos rodean...)
- Triunfar
de la pereza, vanidad, inconstancia, en lucha constante contra el ocio
veraniego.
DURACION
Desde el 31 de mayo hasta el 7 de octubre, Santa
María de la Victoria, Virgen del Rosario.
lunes, 25 de mayo de 2015
GRUPO SAN JOSÉ DEL MOVIMIENTO FAMILIAR CRISTIANO
COMUNIDAD SAN JOSÉ
DEL MOVIMIENTO FAMILIAR CRISTIANO
DEL MOVIMIENTO FAMILIAR CRISTIANO
SI QUIERES LLENAR DE SENTIDO TU VIDA
VEN........
FAMILIAS ARRAIGADAS EN EL CORAZÓN DE CRISTO
Si quieres llenar de sentido tu vida,
¿Quieres que Jesucristo te coja de la mano? ¡No le soltarás nunca!
¿Quieres que tu familia se convierta en un instrumento de Dios para la transmisión de la Fe?
¿Hace tiempo que no vas a la Iglesia y sientes que algo te dice que vuelvas a casa?
¿Quieres recordar las enseñanzas que recibiste hace años?
¿Quieres aprender a dar razón de tu fe a tus hijos?
¿Quieres tomar conciencia de tu fe?
¿Quieres comprobar que tener fe es lo más razonable?
¿Quieres ver que es la fuente de la alegría y de la felicidad?
¿Aún no sabes que es la solución a todos los problemas?
¿Quieres conocer el significado de la palabra “plenitud” sin tener que acudir al wikpedia?
¿Si quieres disfrutar de un coloquio familiar?
Entonces tienes que venir a conocer esta parcelita abierta de la Iglesia.
Si quieres más información escribe al correo:
domingo, 24 de mayo de 2015
jueves, 21 de mayo de 2015
MISA PASCUA DE PENTECOSTÉS - DOMINGO 24 DE MAYO A LAS 12:00 H. EN LA CATEDRAL
PASCUA DE PENTECOSTÉS
Celebración de la Ecuaristía
Presidida por el Sr. Obsipo, Mons. D. Rafael Zornoza Boy
En la Catedral de Cádiz
Domingo, 24 de mayo a las 12:00 h.
Están invitadadas de manera especial todas las realidades diocesanas, simbolizando y mostrando la comunión con nuestro obispo y la riqueza del cuerpo místico en la Iglesia en la Diócesis de Cádiz y Ceuta.
Nuestro obispo nos anima y nos llama para celebrar con él una festividad tan importante.
http://www.obispadodecadizyceuta.org/noticia/domingo-celebramos-pentecostes
http://www.obispadodecadizyceuta.org/noticia/domingo-celebramos-pentecostes
lunes, 11 de mayo de 2015
Mons. José Ignacio Munilla en Cádiz el 6 de junio - Colegio de los Salesianos de Algeciras
Mons. José Ignacio Munilla participa en el Encuentro de la Escuelas Diocesanas
El próximo 6 de junio las Escuelas Diocesanas de la Diócesis de Cádiz y Ceuta se reúnen en un encuentro de final de curso, que se celebrará en el Colegio de los Salesianos de Algeciras.
El encuentro, que estará presidido por el obispo diocesano, Mons. Rafael Zornoza Boy, está dirigido a todos los participantes de la Escuela de Evangelizadores y Escuela de Discipulado, aunque está abierto a todos aquellos que deseen asistir y conocer de cerca estas iniciativas de nueva evangelización que se están desarrollando en la diócesis.
Para esta ocasión, el invitado será el Sr. Obispo de San Sebastián, Mons. José Ignacio Munilla, que ofrecerá una conferencia y compartirá la jornada con los asistentes al encuentro.
Desde hoy, 11 de mayo, está abierto el plazo de inscripción, que deberá formalizarse bien por correo electrónico (secretariapastoral@obispadocadizyceuta.es), o mediante el teléfono 655 607 811, indicando: nombre y apellidos, teléfono (preferiblemente móvil), número de asistentes, y parroquia.
sábado, 2 de mayo de 2015
CON FLORES A MARÍA
LECTOR. Purísima Inmaculada Virgen María: Presentes ante tu trono tus hijos. Ante tu altar derramando con amor las flores de nuestros obsequios. Queremos contemplarte muy de cerca todos los días de este mes bendito, para que la fragancia de tus virtudes perfume nuestras vidas; para que el calor de tu mirada maternal nos aliente en nuestras luchas, nos consuele en nuestras penas, nos fortalezca de nuestros desfallecimientos.
TODOS: De nuevo nos consagramos a Ti. Tuyos somos. Tuyos queremos ser. Tuyos nuestros alientos de conquista. Tuyos nuestros ímpetus de combate. Tuyos nuestros ardientes deseos de pureza inmaculada. Tuyos nuestros ardorosos anhelos de ferviente apostolado.
L. Nuestro más santo orgullo, Virgen María.
T. Tenerte a Ti por Madre.
L. Nuestra más honda alegría.
T. Cantar siempre tus glorias.
L. Nuestro más ardoroso anhelo.
T. Prender almas de joven en tu manto azul, reluciente de estrellas.
L. Al brillar el sol de oriente.
T. Abre su cáliz la flor.
L. Y ábrese el alma que siente.
T. Las miradas de tu amor.
L. Cantemos, Madre, tus glorias, guiados por la Iglesia Santa en este mes de ensueño.
T. Toda hermosa eres, María.
L. Y no hay en Ti mancha de pecado.
T. Tú, gloria de Jerusalén.
L. Tu, alegría de Israel.
T. Tú, honor de nuestro pueblo.
L. Tú, abogada de los pecadores.
T. ¡Oh, María, Virgen prudentísima, Madre clementísima!.
L. Intercede por nosotros ante el Padre, cuyo Hijo nos diste.
T. Para que las flechas de nuestras vidas apunten siempre al cielo en que Tu habitas.
L. Madre Purísima, azucenas de pureza sean nuestras vidas para Ti, blancas como el ampo de la nieve inmaculada, incontaminadas como el ara de nuestros altares. Dios te salve María...
T. Santa María...
L. Reina y Madre de los Apóstoles, siembra en nuestros corazones semillas de cielo, que rompan alegremente en rosas de apostolado de conquista a la mayor gloria de Dios. Dios te salve María...
T. Santa María...
L. Madre Nuestra, Santa María, que un destello de luz irradiando de Nazaret, ilumine nuestras vidas. Que contemplemos en Jesús, obediente y humilde, el modelo de nuestra vida de familia. Dios te salve, María...
T. Santa María...
L. Santa Madre de Cristo trabajador, que nuestras horas de trabajo y estudio, unidas a las de Jesús en Nazaret, ofrecidas con alegría por la conquista de nuestros hermanos, atraigan las bendiciones del cielo sobre nuestra obra redentora. Dios te salve María...
T. Santa María...
L. Reina y Madre de (nuestra familia, parroquia, etc.), que el Espíritu Santo, con la plenitud de sus dones, descienda sobre nuestros corazones en el mes más bello del año, en el Pentecostés solemne, que abrase nuestras almas en fuego de conquista, para que rindamos ante tu trono las almas de todos nuestros compañeros y amigos. Dios te salve María...
T. Santa María...
L. En este mes de las flores, alas te pido Madre.
T. Alas para volar.
L. Alto, muy alto.
T. Sin descansar.
L. No me dejes plegar.
T. Las alas que Tú me diste.
L. Hasta que llegue a esa tu luz.
T. Donde las sombras terminan.
L. Donde estás Tú.
T. Alas te pido Madre.
L. Alas cargadas de almas.
T. Que vuelen también a Ti.
L. Almas, Madre, de mirada clara y profunda, que fija la vista en la altura, puedan cantar con nosotros.
T. No he nacido para el suelo, que es morada de dolor; yo he nacido para el cielo, yo he nacido para Dios.
L. Almas que serán perlas para engastar en tu corona de Madre, de Virgen, de Reina.
T. De Madre las más tierna, de Virgen la más pura, de Reina la más misericordiosa.
L. Almas que unidas con nosotros en eternidad de eternidades te contemplen para siempre a la mayor gloria de Dios.
T. Amén.
TODOS: De nuevo nos consagramos a Ti. Tuyos somos. Tuyos queremos ser. Tuyos nuestros alientos de conquista. Tuyos nuestros ímpetus de combate. Tuyos nuestros ardientes deseos de pureza inmaculada. Tuyos nuestros ardorosos anhelos de ferviente apostolado.
L. Nuestro más santo orgullo, Virgen María.
T. Tenerte a Ti por Madre.
L. Nuestra más honda alegría.
T. Cantar siempre tus glorias.
L. Nuestro más ardoroso anhelo.
T. Prender almas de joven en tu manto azul, reluciente de estrellas.
L. Al brillar el sol de oriente.
T. Abre su cáliz la flor.
L. Y ábrese el alma que siente.
T. Las miradas de tu amor.
L. Cantemos, Madre, tus glorias, guiados por la Iglesia Santa en este mes de ensueño.
T. Toda hermosa eres, María.
L. Y no hay en Ti mancha de pecado.
T. Tú, gloria de Jerusalén.
L. Tu, alegría de Israel.
T. Tú, honor de nuestro pueblo.
L. Tú, abogada de los pecadores.
T. ¡Oh, María, Virgen prudentísima, Madre clementísima!.
L. Intercede por nosotros ante el Padre, cuyo Hijo nos diste.
T. Para que las flechas de nuestras vidas apunten siempre al cielo en que Tu habitas.
L. Madre Purísima, azucenas de pureza sean nuestras vidas para Ti, blancas como el ampo de la nieve inmaculada, incontaminadas como el ara de nuestros altares. Dios te salve María...
T. Santa María...
L. Reina y Madre de los Apóstoles, siembra en nuestros corazones semillas de cielo, que rompan alegremente en rosas de apostolado de conquista a la mayor gloria de Dios. Dios te salve María...
T. Santa María...
L. Madre Nuestra, Santa María, que un destello de luz irradiando de Nazaret, ilumine nuestras vidas. Que contemplemos en Jesús, obediente y humilde, el modelo de nuestra vida de familia. Dios te salve, María...
T. Santa María...
L. Santa Madre de Cristo trabajador, que nuestras horas de trabajo y estudio, unidas a las de Jesús en Nazaret, ofrecidas con alegría por la conquista de nuestros hermanos, atraigan las bendiciones del cielo sobre nuestra obra redentora. Dios te salve María...
T. Santa María...
L. Reina y Madre de (nuestra familia, parroquia, etc.), que el Espíritu Santo, con la plenitud de sus dones, descienda sobre nuestros corazones en el mes más bello del año, en el Pentecostés solemne, que abrase nuestras almas en fuego de conquista, para que rindamos ante tu trono las almas de todos nuestros compañeros y amigos. Dios te salve María...
T. Santa María...
L. En este mes de las flores, alas te pido Madre.
T. Alas para volar.
L. Alto, muy alto.
T. Sin descansar.
L. No me dejes plegar.
T. Las alas que Tú me diste.
L. Hasta que llegue a esa tu luz.
T. Donde las sombras terminan.
L. Donde estás Tú.
T. Alas te pido Madre.
L. Alas cargadas de almas.
T. Que vuelen también a Ti.
L. Almas, Madre, de mirada clara y profunda, que fija la vista en la altura, puedan cantar con nosotros.
T. No he nacido para el suelo, que es morada de dolor; yo he nacido para el cielo, yo he nacido para Dios.
L. Almas que serán perlas para engastar en tu corona de Madre, de Virgen, de Reina.
T. De Madre las más tierna, de Virgen la más pura, de Reina la más misericordiosa.
L. Almas que unidas con nosotros en eternidad de eternidades te contemplen para siempre a la mayor gloria de Dios.
T. Amén.
viernes, 1 de mayo de 2015
PARA LA RENOVACION ECLESIAL
27. Sueño con una opción misionera capaz de transformarlo todo, para que las costumbres, los estilos, los horarios, el lenguaje y toda estructura eclesial se convierta en un cauce adecuado para la evangelización del mundo actual más que para la autopreservación. La reforma de estructuras que exige la conversión pastoral sólo puede entenderse en este sentido: procurar que todas ellas se vuelvan más misioneras, que la pastoral ordinaria en todas sus instancias sea más expansiva y abierta, que coloque a los agentes pastorales en constante actitud de salida y favorezca así la respuesta positiva de todos aquellos a quienes Jesús convoca a su amistad. Como decía Juan Pablo II a los Obispos de Oceanía, «toda renovación en el seno de la Iglesia debe tender a la misión como objetivo para no caer presa de una especie de introversión eclesial»[25].
28. La parroquia no es una estructura caduca; precisamente porque tiene una gran plasticidad, puede tomar formas muy diversas que requieren la docilidad y la creatividad misionera del Pastor y de la comunidad. Aunque ciertamente no es la única institución evangelizadora, si es capaz de reformarse y adaptarse continuamente, seguirá siendo «la misma Iglesia que vive entre las casas de sus hijos y de sus hijas»[26]. Esto supone que realmente esté en contacto con los hogares y con la vida del pueblo, y no se convierta en una prolija estructura separada de la gente o en un grupo de selectos que se miran a sí mismos. La parroquia es presencia eclesial en el territorio, ámbito de la escucha de la Palabra, del crecimiento de la vida cristiana, del diálogo, del anuncio, de la caridad generosa, de la adoración y la celebración[27]. A través de todas sus actividades, la parroquia alienta y forma a sus miembros para que sean agentes de evangelización[28]. Es comunidad de comunidades, santuario donde los sedientos van a beber para seguir caminando, y centro de constante envío misionero. Pero tenemos que reconocer que el llamado a la revisión y renovación de las parroquias todavía no ha dado suficientes frutos en orden a que estén todavía más cerca de la gente, que sean ámbitos de viva comunión y participación, y se orienten completamente a la misión.
29. Las demás instituciones eclesiales, comunidades de base y pequeñas comunidades, movimientos y otras formas de asociación, son una riqueza de la Iglesia que el Espíritu suscita para evangelizar todos los ambientes y sectores. Muchas veces aportan un nuevo fervor evangelizador y una capacidad de diálogo con el mundo que renuevan a la Iglesia. Pero es muy sano que no pierdan el contacto con esa realidad tan rica de la parroquia del lugar, y que se integren gustosamente en la pastoral orgánica de la Iglesia particular[29]. Esta integración evitará que se queden sólo con una parte del Evangelio y de la Iglesia, o que se conviertan en nómadas sin raíces.
30. Cada Iglesia particular, porción de la Iglesia católica bajo la guía de su obispo, también está llamada a la conversión misionera. Ella es el sujeto primario de la evangelización[30], ya que es la manifestación concreta de la única Iglesia en un lugar del mundo, y en ella «verdaderamente está y obra la Iglesia de Cristo, que es Una, Santa, Católica y Apostólica»[31]. Es la Iglesia encarnada en un espacio determinado, provista de todos los medios de salvación dados por Cristo, pero con un rostro local. Su alegría de comunicar a Jesucristo se expresa tanto en su preocupación por anunciarlo en otros lugares más necesitados como en una salida constante hacia las periferias de su propio territorio o hacia los nuevos ámbitos socioculturales[32]. Procura estar siempre allí donde hace más falta la luz y la vida del Resucitado[33]. En orden a que este impulso misionero sea cada vez más intenso, generoso y fecundo, exhorto también a cada Iglesia particular a entrar en un proceso decidido de discernimiento, purificación y reforma.
31. El obispo siempre debe fomentar la comunión misionera en su Iglesia diocesana siguiendo el ideal de las primeras comunidades cristianas, donde los creyentes tenían un solo corazón y una sola alma (cf. Hch 4,32). Para eso, a veces estará delante para indicar el camino y cuidar la esperanza del pueblo, otras veces estará simplemente en medio de todos con su cercanía sencilla y misericordiosa, y en ocasiones deberá caminar detrás del pueblo para ayudar a los rezagados y, sobre todo, porque el rebaño mismo tiene su olfato para encontrar nuevos caminos. En su misión de fomentar una comunión dinámica, abierta y misionera, tendrá que alentar y procurar la maduración de los mecanismos de participación que propone el Código de Derecho Canónico[34] y otras formas de diálogo pastoral, con el deseo de escuchar a todos y no sólo a algunos que le acaricien los oídos. Pero el objetivo de estos procesos participativos no será principalmente la organización eclesial, sino el sueño misionero de llegar a todos.
miércoles, 29 de abril de 2015
La Iglesia según la visión de católicos y evangélicos
Enseña que la Iglesia peregrina es necesaria para la
salvación... y no podrían salvarse quienes, sabiendo que la Iglesia Católica
fue instituida por Jesucristo, como necesaria, desdeñaran entrar o no quisieran
permanecer en ella
Por: P. Paulo Dierckx y P. Miguel Jordá | Fuente: Para dar razón de nuestra Esperanza, sepa defender su Fe
Visión de los católicos y de los evangélicos sobre la Iglesia
Nuestros hermanos evangélicos nos dicen muchas veces: Sólo Cristo salva, la Iglesia no salva.
Es decir, los hermanos evangélicos aceptan solamente
la fe en Jesucristo y su Palabra y no aceptan que la Iglesia, como Cuerpo de
Cristo, fue instituida por El mismo y es mediante ella que Cristo quiere salvar
a los hombres.
Esta enseñanza de los evangélicos es muy atractiva y tentadora, porque simplifica bastante la religión: basta tener fe en Jesucristo y en su Palabra y uno se salva; no necesita nada de Iglesia ni de sacramentos, nada de Jerarquía ni menos de obediencia al Papa.
Nosotros los católicos debemos preguntarnos muy en serio si este concepto evangélico acerca de la Iglesia es correcto o no, o es sólo una verdad a medias.
En esta carta trataré de exponer las dos visiones de Iglesia: la de los católicos y la de los evangélicos. Creo sinceramente que éste es el punto clave de la triste situación entre los cristianos de hoy. No es mi intención ofender a mis hermanos evangélicos. No es el gusto por discutir lo que me hace escribir esta carta, sino que es el amor por la verdad lo que me mueve a escribir estas palabras y sólo la verdad nos hará libres (Jn. 8, 32).
Cuando aquí hablo de los evangélicos, me refiero a los miembros de las distintas Iglesias que tienen su origen en la Reforma del siglo XVI. Mientras nosotros los católicos hablamos de «las iglesias protestantes» (por su protesta contra la Iglesia católica), los protestantes prefieren hablar de «las iglesias evangélicas» o «los evangélicos», por su vuelta radical al Evangelio.
En general, todas las Iglesias evangélicas siguen el concepto de Iglesia que les fue entregado por los grandes reformadores: Lutero, Calvino, Zwinglio. Por eso es importante ver primero lo que pasó en el siglo XVI.
Pero antes de leer esta carta, les recomiendo que lean mi carta anterior: «¿Quiso Jesús una sola Iglesia?». Allí encontraremos una profunda reflexión bíblica acerca de la unión misteriosa entre Jesucristo y su Iglesia: Aquella meditación nos hace ver que aceptar a Cristo es también aceptar a su Iglesia.
Un poco de historia
Al terminar la Edad Media, la Iglesia Católica se encontraba en una triste situación religiosa y moral que alcanzaba hasta las más altas jerarquías eclesiásticas. Buscar honores, diversiones y dinero era la aspiración común entre la mayorías de los sacerdotes, obispos, cardenales y Papas. Y en la vida de los cristianos se manifestaron muchas prácticas y devociones religiosas muy dudosas.
La autoridad de la Iglesia no se comprendía ya como una autoridad divina, y la obediencia a la Iglesia no se entendía ya como un acto de Fe. El sentido profundo y misterioso de la Iglesia como Cuerpo de Cristo se oscureció. Es decir, la Iglesia como «Cuerpo Místico de Cristo» no funcionó más en la vida de los cristianos. Y la imagen exterior de la Iglesia, con sus grandes desviaciones humanas, se confundió con el misterio de la Iglesia.
La situación de la Iglesia de aquella época era fatal y llevó a Lutero, con su gran preocupación pastoral, a reformar y finalmente a romper con esta Iglesia. En el fondo Lutero rechazó un catolicismo que no era católico.
El concepto de Iglesia según los Evangélicos
Lutero y los reformadores niegan que Jesús quiso una
Iglesia. Y para ellos la Iglesia no es una institución de salvación y de
gracia. Ellos creen que es solamente por medio del Evangelio y de la Palabra
que el Espíritu Santo provoca el acto de fe y realiza así la justificación
(salvación) del hombre. Y la Iglesia tiene una función secundaria: ser
«servidora de la Palabra».
Explicando el misterio de la Iglesia, Lutero hizo la famosa distinción entre «Iglesia espiritual» (Iglesia con mayúscula), Iglesia invisible y entre «iglesia visible» (iglesia con minúscula). Esta distinción sigue en la práctica viva hasta hoy entre los evangélicos.
1. La Iglesia espiritual (Iglesia con mayúscula).
Es una entidad invisible, escondida, interior y sin estructuras visibles, ni jerárquicas. Esta Iglesia escondida existe allí donde la Palabra de Dios es predicada y escuchada en toda su pureza. Es una realidad misteriosa e invisible, es la comunidad de fe (Iglesia «del Credo») que nació para la Palabra. Y, según ellos, todos los verdaderos creyentes que escucharon y aceptaron el Evangelio puro pertenecen a esta Iglesia. La Iglesia invisible es totalmente «una», nunca puede ser dividida y sólo Dios conoce sus miembros. La Iglesia espiritual es el Cuerpo de Cristo. Esta Iglesia escondida puede existir sin necesidad de una Iglesia visible.
2. La iglesia visible no es de institución divina y no tiene carácter absoluto con una autoridad divina y obligatoria.
Por supuesto que es necesaria una cierta organización y orden, pero la Iglesia en su forma externa es siempre relativa, puede caer en errores y ser infiel. La Iglesia visible no es de ninguna manera una realidad sobrenatural y misteriosa. Dice Lutero que ninguna frase de la Biblia está a favor de cualquier Iglesia visible. La Palabra de Dios es el único signo externo que hace confrontar al hombre con la comunidad espiritual. Y la función de la Iglesia visible es solamente ser «servidora de la Palabra».
Concluyendo, podemos decir que la Iglesia en la tierra, como comunidad de gracia y sobrenatural, es rechazada por los evangélicos. La justificación (salvación) llega al hombre por la Palabra, y no por la Iglesia.
3. Los sacramentos de la Iglesia se reducen al mínimo: al bautismo y a la cena del Señor.
Pero no es verdad que la Iglesia por medio de los sacramentos produce un estado de gracia divino en el hombre. Los sacramentos únicamente tienen fuerza por la Palabra. Sólo son expresiones de fe, y no dan la gracia por ellos mismos sino por la fe. Los sacramentos no son de ninguna manera acciones de Cristo por medio de la Iglesia.
4. En cuanto al misterio de dirección de las comunidades, los evangélicos niegan el estado sacerdotal, porque dicen que los cristianos todos son sacerdotes.
No hacen falta intermediarios, ya que Dios salva al hombre directamente. Cada cristiano es sacerdote de sí mismo y Cristo lo es de todos. Por ello los evangélicos rechazan toda mediación de la Iglesia. Y si hay un ministerio en la Iglesia, este ministerio es sólo «una función» como otros servicios dentro de la Iglesia. El único y verdadero ministerio en la Iglesia se reduce a la predicación y al culto, pero no lo necesitan como un servicio a la unidad y menos como un ministerio sacerdotal de salvación.
El concepto católico de Iglesia
La Iglesia católica en su reflexión acerca del misterio de la Iglesia nunca ha hecho esta diferencia artificial entre «Iglesia espiritual» e «Iglesia visible». No hay ninguna indicación clara en la Biblia para hacer esta separación.
1. La Iglesia Católica siempre ha seguido la dinámica de la encarnación, es decir, el Verbo (Cristo) se ha hecho visible, se ha hecho carne y ha entrado en la historia de los hombres. Esta encarnación de Cristo prosigue de modo renovado en la Iglesia que es el Cuerpo de Cristo acá en la tierra (Mt. 16, 13-20). La Iglesia es la continuación de Cristo encarnado en este mundo. Por eso la Iglesia de Cristo es al mismo tiempo comunidad visible y comunidad espiritual; es al mismo tiempo comunidad jerárquica por institución divina y Cuerpo místico de Cristo. La Iglesia de Cristo es una sola realidad y tiene inseparablemente aspectos humanos y aspectos divinos y no son dos realidades distintas, como proclaman los evangélicos. Ahí está el misterio de la Iglesia que sólo la Fe puede aceptar.
2. La revelación divina no se limita a la Palabra escrita, sino que está en la Palabra escrita (la Biblia) y en la Tradición de la Iglesia, que ayuda a comprenderla y actualizarla a través de los tiempos. La revelación divina abarca la Sagrada Escritura y la Sagrada Tradición: «Manténganse firmes guardando fielmente las tradiciones que les enseñaron de palabra o por escrito (2 Tes. 2, 15). Además la Iglesia de Cristo, guiada por el Espíritu Santo, es «columna de verdad» (1 Tim. 3, 15), capaz de «guardar el depósito de las sanas palabras recibidas de los apóstoles» (2 Tim. 1, 13). Es decir, que el depósito de la fe (1 Tim. 6, 20 y 2 Tim 3,. 12-14) fue confiado por los Apóstoles al conjunto de la Iglesia.
3. En la Iglesia de Cristo hay claramente aspectos objetivos creados por Dios y que de ninguna manera son creación humana. Estas realidades creadas por Jesucristo, como el ministerio de la unidad, el ministerio de la verdad y la plenitud de la gracia en los sacramentos, son realidades divinas intocables e infalibles, y visibles aquí en la tierra. Son aspectos objetivos que encuentran su origen en la institución divina. La Iglesia Católica no duda que ella es la Iglesia fundada sobre la roca de Pedro, y que ella, con su Magisterio vivo y su enseñanza infalible, es la prolongación o encarnación de Cristo sobre la tierra. La Iglesia Católica es consciente de que con sus sacramentos, que son realmente acciones de Cristo, comunica la plenitud de la gracia. Y no puede ser de otra manera, porque ella existe por voluntad de Dios. Y esta Iglesia visible en la tierra es, al mismo tiempo, el Cuerpo Místico de Cristo.
Por supuesto que podemos distinguir en la Iglesia un aspecto divino y un aspecto humano. Pero cuando el católico habla de la Iglesia de Cristo, siempre se refiere a esta realidad divina y objetiva, que es intocable e infalible acá en la tierra. La Iglesia de Cristo no es de origen humano y tiene definitivamente un carácter sobrenatural. Y no podemos dudar de la autoridad divina que Cristo comunica por el Espíritu Santo a sus apóstoles y sus legítimos sucesores, el Papa y los obispos.
4. La Iglesia de Cristo es siempre y en todas partes la misma, también en épocas de decadencia, en tiempos de pobreza espiritual, y falta de comprensión, en tiempos de ignorancia y estrechez de miras. Siempre la Iglesia es el Cuerpo de Cristo y Madre de todos los creyentes. Cristo siempre es la Cabeza de la Iglesia que es «una», «santa», «católica» y «apostólica»; y el Espíritu Santo es siempre el principio de vida de esta Iglesia.
Dijo Jesús a sus apóstoles: «Yo estoy con ustedes todos los días hasta que termine este mundo» (Mt. 28, 20), y «las fuerzas del infierno no la podrán vencer» (Mt. 16, 18). Podemos decir que ningún católico puede aceptar que la visión acerca de la Iglesia de los reformadores del siglo XVI sea una decisión definitiva.
Consideración final
Nosotros los católicos no podemos negar que Lutero era una personalidad profundamente religiosa, que buscó con toda honestidad y con abnegación el mensaje evangélico. Su crítica contra la Iglesia tenía una intención auténticamente cristiana; la Iglesia debería repudiar siempre todo lo que no es evangélico.
El mérito de Lutero y la Reforma es que descubrieron de nuevo el centro del mensaje evangélico: sólo por la gracia y por la fe en la acción salvadora de Cristo, somos aceptados por Dios y recibimos el Espíritu Santo, que nos invita a realizar obras buenas. Ningún católico va a negar este mensaje evangélico. Pero Lutero tomó este núcleo del Evangelio y olvidó todo lo demás. Esto es una simplificación del Evangelio que equivale a una amputación. Porque, si bien el núcleo es lo más importante, no lo es todo.
Lutero se vio forzado a construir un nuevo concepto de Iglesia y creó el concepto de una Iglesia escondida y una iglesia visible. Pero esta visión acerca de dos iglesias no tiene una adecuada correspondencia con las Sagradas Escrituras y con la Tradición Apostólica. Sin duda este nuevo concepto de Iglesia que creó Lutero es el punto de mayor dificultad entre católicos y evangélicos.
Los evangélicos actualmente no tienen culpa del hecho de esta desunión y no están privados de sentido y de fuerza en el misterio de salvación. Pero un católico nunca podrá aceptar esta opinión: «Cristo salva, la Iglesia no salva». Es presentar un cristianismo mutilado, es una verdad a medias. Aceptar a Cristo significa aceptar a su Iglesia.
La Iglesia es, por tanto, el «Cristo total» , su
proyección y encarnación en el tiempo. El Concilio Vaticano en la Lumen Gentium
(Nro. 14) tiene una frase que da mucha luz al respecto: «Enseña que la Iglesia
peregrina es necesaria para la salvación... y no podrían salvarse quienes,
sabiendo que la Iglesia Católica fue instituida por Jesucristo, como necesaria,
desdeñaran entrar o no quisieran permanecer en ella». Hermanos queridos, cuando
les inviten a cambiar de religión, lean y mediten estos temas que, repito, he
escrito sin ánimo de ofender, y sólo por esclarecer la verdad. Católicos, ¡lean
y mediten esto y no se cambien de religión!
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