domingo, 8 de junio de 2014

Hay un corazón que mana, que palpita en el Sagrario



Hay un corazón que mana, que palpita en el Sagrario, el corazón solitario, que se alimenta de amor.

Es un corazón paciente, es un corazón amigo, el que habita en el olvido, el corazón de tu Dios.

Es un corazón que ama, un corazón que perdona, que te conoce y que toma, de tu vida lo peor.

Que comenzó esta tarea una tarde en el Calvario, y que ahora desde el Sagrario tan sólo quiere tu amor.

Decidle a todos que vengan a la fuente de la vida. Hay una historia escondida dentro de este corazón.

Decidles que hay esperanza, que todo tiene un sentido. Que Jesucristo está vivo, decidles que existe Dios.

Es el corazón que llora en la casa de Betania. El corazón que acompaña a los dos de Emaús.

Es el corazón que al joven rico amó con la mirada. El que a Pedro perdonaba después de su negación.

Es el corazón en lucha del huerto de los Olivos, que amando a sus enemigos hizo creer al ladrón.

Es el corazón que salva por su fe a quien se le acerca. Que mostró su herida abierta

al apóstol que dudó.

Decidle a todos que vengan a la fuente de la vida. Que hay una historia escondida

dentro de este corazón.

Decidles que hay esperanza, que todo tiene un sentido. Que Jesucristo está vivo,

decidles que existe Dios.



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